Mi amiga Carmen ya ha probado esta opción vacacional (me encanta Carmen, es innovadora y arriesgada, le gusta probar las novedades y es super-creativa... ¡ole por las tías tan completas y modernas como ella!). Este modelo, consistente en el intercambio de pisos durante las vacaciones, hizo que ella se fuese con su novio a una preciosa casa en Fancia, mientras que dos francesas vinieron a su piso de Málaga (frente a la playa de la Malagueta). El único coste que tiene, es apuntarse a una agencia que nos cobra un precio simbólico por hacer las gestiones y el correspondiente seguro que nos garantice el uso adecuado de nuestra vivienda. Claro, si se trata de conocidos podemos ahorrarnos este gasto, pero si lo hacemos con desconocidos, os recomiendo que lo hagamos de modo más seguro y con el necesario respaldo legal.
Podemos viajar por todo el mundo, recorrerlo enterito con el único coste de los vuelos o traslados. No os motiva? A mí sí y quizás me atreva a hacerlo en breve, igual que lo hizo mi amiga Carmen.
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