En mi último viaje pude comprobar lo comodísimo que es alojarse en un hotel del centro de la ciudad (en este caso, Barcelona). Da igual que sea de una o dos estrellas, si no podemos pagar uno de tres o cuatro, o que sea un hostal o pensión, mientras sea limpio y tenga lo imprescindible para descansar cómodamente. Pero eso sí, en el centro mismo de la ciudad que visitemos. Vamos sin coche, porque el viaje es en avión, y entonces tenemos que echar cuentas de lo que supondría desplazarse para todo en taxi o coche de alquiler. Ese gasto no nos merece la pena y menos aún la pérdida de tiempo en esos desplazamientos si nos coge en las afueras de la ciudad.
En el centro de la ciudad, podemos desplazarnos andando y disfrutando de todo el casco histórico en agradables paseos y tenemos además todos los transportes públicos ahí mismo para poder ir a otros lugares de interés turístico. En fin, haced cuentas y veréis como no merece la pena coger un hotelazo, por muy lujoso y precioso que sea, si no vamos a poder ir a él nada más que para dormir por la noche, de lo lejos que nos coge. Este es mi consejo para ahorrar y disfrutar: hotelito céntrico y plano del metro, con un bono de 10 viajes. ¡Cómo cunde y lo cómodo y práctico que resulta ese modo de viajar!.
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