Una vez más os traigo las ofertas de trabajo que tan generosamente nos deja mi prima Carmen (ya sabéis, la de
los zapatos que sean rojos), pero esta vez se ve que las deja con un mensaje referido a alguien que por motivos laborales lo está pasando mal. Pues no nos callemos, ni esa chica o señora (es peyorativo), ni mi prima, ni yo, ni los millones de indignados que claman por el mundo, no nos callemos, porque la palabra (y el papel, como os decía el otro día en una entrada del blog) es lo único que nos queda. Eso es lo que nos queda, el derecho al pataleo, unido por supuesto a la acción, porque "A Dios rogando y con el martillo dando" que se dice...
Me uno a vuestro clamor, tengo una hija de 27 años, con "tres posibilidades" de trabajo, por su estudios de fotografía, periodismo e inglés y no tiene trabajo. Así que imaginaros lo que pienso del tema, que hay montones de jóvenes preparados sobradamente y se quedarán a dos velas o sirviendo mesas en un bar si quieren comer al menos los restos del restaurante. Ese es el consejo que doy a mi hija, antes que quedarte en casa metida, trabajas en un restaurante, que al menos no te quedas sin comer, perfeccionas idiomas y el trato con la gente te da muchas tablas para la vida. Ya que no te pagan, al menos aprendes a sobrevivir!
Gracias, por tus
ofertas de trabajo, Carmen (se las pasaré también a mi niña). Esta vez te has pasado...me encanta la forma en que has metido las ofertas...te lo has currao bien.
De forma magistral ha puesto las ofertas de Bershka en el nuevo centro de La Laguna (diseñador de páginas web, tordera, mozos de almacén...), las de Stradivarius para Ferrol y Algeciras, y las de Mango para Barcelona. Qué arte tiene... Ole mi prima!
